Entorno

En plena Sierra de Andújar, principal bastión del lince ibérico y uno de los territorios con más biodiversidad de Europa, se encuentra la finca privada El Altozano. 66 hectáreas de naturaleza salvaje que alternan bosque mediterráneo con pinar de repoblación, y que han sido declaradas como primera Reserva Ecológica de la provincia de Jaén gracias a su buen estado de conservación y a ser el ecoturismo su único aprovechamiento. De este modo, parte de los beneficios derivados de éste se reinvierten en actuaciones orientadas a la conservación, principalmente dirigidas a incrementar las densidades de conejo de monte, especie clave de todo el ecosistema.

Nos encontramos en la parte más oriental de Sierra Morena, en las proximidades del Parque Natural de la Sierra de Andújar. Este enclave, de altísimo valor ecológico, alberga entre sus dehesas y pinares, entre sus ríos y roquedos, al 53% de los anfibios, el 37% de los reptiles, el 20% de los peces, el 39% de los mamíferos y el 48% de las aves presentes en España.

Se trata de un excelente ejemplo de bosque mediterráneo. Desde los 196 metros de altitud del río Jándula, su principal arteria que muere en el Guadalquivir, hasta las crestas de media montaña, que alcanzan los 1291 metros en Sierra Quintana, se sucede un mosaico de ecosistemas que va desde los umbríos bosque de ribera hasta los escarpados roquedos, pasando por formaciones de dehesa, con encinas y alcornoques como protagonistas, si bien los quejigos reclaman su lugar en las zonas más altas y húmedas y las repoblaciones de pino piñonero dan cobijo a multitud de aves forestales. El resultado es un paisaje serrano típico de Sierra Morena, con perfiles alomados y suaves.

En El Altozano destaca la encina, acompañada de las principales especies de matorral autóctono como son el lentisco, la coscoja y las jaras, en un paisaje siempre salpicado por grandes rocas de granito, denominadas bolos por los lugareños. Este biotopo sirve de hábitat a infinidad de especies animales, muchas de ellas amenazadas, destacando el lince ibérico, que cría en el interior de la finca, y el águila imperial ibérica.

La finca también cuenta con una densa masa de pino piñonero procedente de repoblación, la cual está siendo aclarada paulatinamente en busca de un bosque mixto, y un arroyo estacional, el cual en los meses lluviosos sirve de refugio a varias especies de anfibios y recorre un tupido bosque de ribera.                                                                            Con vistas al embalse del Jándula y al Santuario de la Virgen de la Cabeza, este enclave resulta idóneo para conocer en exclusividad el bosque mediterráneo, entender su dinámica, empaparnos de sus olores y sonidos y observar a sus protagonistas. Además, la baja densidad demográfica otorga al entorno un regalo nocturno: sus cielos, que permiten la contemplación de los astros en tal estado de pureza que ha movido a la UNESCO a proteger su valor.

Para disfrutar de todos estos valores naturales de una manera cercana, en la propia finca se encuentra El Alojamiento Rural El Altozano, un complejo singular en el que se ha cuidado cada detalle, manteniendo el estilo rústico de la zona y ofreciendo todas la comodidades.